la vida es un juego. (parte 1)

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Enviado el , clasificado en Intriga / suspense
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 Hace varios días que vengo escapando y la policía se encuentra detrás de mí la vida es como un juego en donde todo se da vuelta de golpe. Decid refugiarme en un teatro abandonado y allí intentar poder esconderme de la policía. Veo mis manos ensangrentadas pero no es la realidad no hay sangre ni en mis manos ni en mi ropa, solo es mi conciencia que me perturba. Estoy enloqueciendo no entiendo lo que paso fui incapaz de reaccionar a tiempo, no sé lo que hice pero ahora estoy entre la espada y la pared luchando pero ¿con quién? ¿Con quién? “tranquilo, piensa guarda calma” me repito constantemente y respiro profundo “tranquilo, piensa guarda calma”. Hace días que no duermo y mi cuerpo empieza a tomar factura de ello. Siento el cansancio que me abraza hasta el punto de no permitirme respirar, pero no puedo dormir no tengo tiempo. El silencio del teatro me arrulla, mis ojos empiezan a ceder a su cruel voz, mis parpados pesan. “no te duermas”.

Los ruidos me despiertan, aun era de noche no pude haber dormido más de 2 horas. Miro a mí alrededor esperando ver a alguien más pero no, aun estoy solo. Esto me da algún tipo de tranquilidad pero me inquieta. Sigo viendo, hasta que un fuerte ruido capta mi atención presumo que solo es algún gato o roedor callejero. Pero no, entre la oscuridad se asoma una sombra, su silueta es inmensa imposible de descubrir donde empieza y donde termina. Ciento aunque no los pueda ver sus ojos clavándose en mí, me siento inmune agarro algo y se lo tiro a esa gran mancha negra oscura en la oscuridad, pero de nada sirve, me arrodillo admitiendo mi derrota cuando una gigantesca luz me ciega los ojos.

-soy yo    adam          - me dice la voz de mi amigo- ¿recuerdas que acordamos vernos acá?

-Yo no fui- solo atino a decir con lagrimas en mis ojos.

-Te creo. Ahora levántate.

El extiende su mano, sujeta mi brazo y me levanta. Me da una bolsa que en su costado derecho tiene.

-es ropa.

Rápidamente me cambie. La ropa sucia que me acababa de sacar la pongo en la misma bolsa y la tiro fuertemente hacia cualquier lado. El me mira fijamente, advirtiendo que fue un error pero muy rápido me desvía la mirada. Con la luz de la linterna me indica el camino a la salida y ahí aparcado se encuentra su gran auto negro listo para el escape. Miro con nerviosismo a mi alrededor paranoico de que alguien este observando, el sutilmente apoya su mano en mi hombro en un intento de darme tranquilidad. Ahí sin previo aviso me convierto en un fugitivo de la justicia. El auto da marcha.

-yo no fui- de nuevo insisto.

-ya lo sé no me tenes que repetir.

-yo no fui – me repito.

-¿Qué paso?- me pregunta con un falso disimulo.

-no sé.

-¿Cómo que no sabes? ¿Estás en todas las noticias y no sabes de qué te acusan?- me pregunta con ira.

-¡de asesinato! De asesinar a una persona que no conocía.- le grito.

-¿estabas o no en la escena?

-¡no! Cuando me desperté estaba lleno de sangre y mis huellas estaban en su cuerpo créeme por favor yo no estuve en ese cuarto ni tampoco la conocí. No sé porque me metieron en todo esto realmente no se- mi voz se quiebra.

El me mira creo que convencido y se toca repetidamente su cabeza pensando. Los minutos van pasando velozmente en el reloj. El amanecer se asoma en la carretera. Su boca empieza a balbucear palabras ¿Qué vamos hacer? Llego a traducir. El auto se para él me mira y me hace un gesto de silencio. Agarra su placa del guantero y se baja. Desaparece un par de minutos y se vuelve asomar se sube rápidamente al auto y arranca.

-estas en el horno amigo todo te implica a vos, todo pero todo- me dice tocándose la cabeza. Gesto claro que todo está mal.

-¿no podes hacer nada? Eres detective ayúdame.

-es mi deseo ayudarte de verdad, pero no puedo. Todo te involucra las huellas, la ropa ensangrentada, testigos. Todo. Lo mejor será que desaparezcas pero no va ser nada fácil, el país entero te está buscando tu foto están en todos lados. Eres un asesino para todos.

-¿para vos también?- pregunto con ingenuidad.

- ya no se. Si voy a los hechos eres un criminal y es mi deber entregarte pero eres mi amigo y te creo.

Me matan los días veo mi rostro en cada diario, pagina web, cartel o noticiero que me cruce. Soy culpable de un hecho que no cometí de un asesinato. Mi amigo está cansado y lo sé. Soy un estorbo pero si él no está nadie va a estar. Queremos segur nuestra propia investigación pero todo está en mi contra. Cada vez que avanzamos algo mi huella digital en el cuerpo de esa mujer nos impide seguir. Adam pierde la fe en mí y yo también ¿y si realmente fui yo? Y si Tengo algún tipo de laguna mental que evita que mi memoria se recobre. Es de mañana, nadie está en la casa. Subo las escaleras intentando no hacer ruido observo cada uno de los cuartos de mi amigo. Entro en el de él no me entiendo porque. Miro atentamente cada una de las esquinas y algo me llama la atención una caja en el estante más alto de su ropero. La identifico como una caja de zapatos vieja pero igual la curiosidad me consume. Acerco una silla que al lado de la cama se encuentra. Subo. Hago mi mayor esfuerzo para conseguirla pero nada aun es inalcanzable para mis manos intento una y otra vez cuando un mal movimiento mío provoca que la caja y todo su contenido caiga al piso. Ahí decenas de imágenes y papeles veo  derramadas en el piso. Observo cada una de las fotos veo a mi amigo y una mujer que no llego a reconocer. Escucho el ruido del auto asomarse al garaje, rápidamente guardo todo de una manera desprolija. No me doy cuenta el ya está adentro.

-¿Qué estas mirando?- me pregunta

-nada – respondo poco convencido.

-amigo, podes estar en toda mi casa menos en mi cuarto ¿Dale?

-sí.

Yo bajo antes que él y prendo el televisor igual como siempre mi foto es la portada de todos los noticieros. Pero por primera vez miro la cara de la mujer que presuntamente mate. Era bella, alta, su pelo era rubio con mechones negros, era la mujer que acompaña a mi amigo en sus fotos. Apago el televisor al escuchar los pasos de adam bajar por las escaleras. Intento parecer natural pero no puedo. El me mira en el mismo intento que yo.

...


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