"Yo lo elegí así" 1ª Parte

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Hoy es el día de su boda y un cúmulo de emociones enturbia mis sentidos, estoy con el y le ayudo a  realizar los últimos preparativos para su salida hacia la iglesia donde le espera su gran amor de toda la vida, la felicidad inmensa que siento hacen que esas lágrimas que lucho por no dejar salir,  intenten romper mi resistencia, consiguiendolo de cuando en cuando y mis  acuosos ojos se tornen cristalinos.

Tantos y tantos recuerdos asoman a mi mente, las imágenes  desfilan una tras otra, y  como si tratasen de un documental se van sucediendo  aquellos maravillosos instantes que la vida de Ricardo han dejado grabados en lo mas profundo de mi ser.

Recuerdo cuando empezó a reconocer a las personas mas allegadas a el y sus primeras  sonrisas de satisfacción al vernos, cuando agarraba con fuerza mi dedo  para que yo le dijese palabras cariñosas que a el le hiciesen sentir bien, y aquellos balbuceos en esa especie de idioma irreconocible para los demás pero tan claro para mi..

También recuerdo como si fuese hoy la primera silaba inteligible que salió de aquella pequeña boquita "Ta ,ta", un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y sentí como se me erizaba el bello hasta de los sitios donde habia sido depilado concienzudamente.

Como empezó a rasgar la tetina del biberón con aquel pequeño dientecito que comenzaba a brotar de sus inflamadas encías.Las noches que pasé en vela por causa de aquellos dientes y el dolor que le provocaban, y también cuando empezaba a llorar porque le dolía la barriguita o cualquier otro motivo, los paseos que daba por la casa con el en brazos intentando que su dolor le fuera mas llevadero, al tiempo que mis parpados parecían pesar una tonelada queriendo bajarse como si se tratasen de la persiana del garaje.

Cuando comenzó a gatear por los suelos, y aferrándose a cualquier sitio posible levantaba aquel cuerpecito e intentaba dar sus primeros pasos, al tiempo que los objetos que hubiesen por encima de los muebles se convertían en objetivo a alcanzar.

La primera vez que hizo sus cositas en aquel pequeño inodoro de plástico que se le había comprado expresamente para el y lo contentos que todos incluido el nos pusimos.

Las carcajadas resplandecientes que manaban de su boca cuando se deslizó por aquel tobogán del parque por primera vez, siempre con una mano sujetandole un poquito para que no cayera demasiado rápido.

Su también primer día de colegio cuando alineado con los demás niños de la clase que le correspondía, su mirada me buscaba entre confusa y asustada, yo me mantuve cerca de el hasta que ya en el interior del centro le perdí de vista, mi niño no lloró, muchos otros si lo hacían, soltando un llanto que crispaba a sus madres, las pobres sentían unos terribles deseos de entrar en el recinto agarrar a sus niños y salir corriendo. El no lloró y eso me hizo sentir aún mas orgullosa si cabe.

En  mi boca se dibuja una sonrisa cuando recuerdo los pequeños huecos que quedaban en aquella boquita cuando comenzó a cambiar sus primeros dientes por los que parecían marcar la diferencia entre ser un bebe y un pequeño hombrecito, estos deberían ser los que le acompañarían con un poco de cuidado durante el resto de su vida

Si lloró aquel otro día cuando ya tenia ocho añitos y un niño algo mayor que el le había pegado, al recogerle en la salida del colegio no dijo nada, pero yo le conocía demasiado bien y supe al instante que algo sucedía, por fin en casa durante la merienda me contó lo que le había ocurrido con aquel abusón un añito mayor que el pero que aparentaba ser su padre. Por supuesto rápidamente le consolé y le proporcione algunos sabios consejos: "Tu no busque líos cariño, pero si ves que te quieren pegar les das una patada en los cataplines antes de que te toquen, el que da primero da dos veces". El consejo fue tomado por el con mucho interés y hubo que ir varias veces al colegio porque algún niño había sido pateado en sus genitales.

Contaba con diez añitos el día que a la salida del centro corrió hacia mi con aquella sonrisa de felicidad que le hacía ser un niño encantador y me contó que Ana era su novia, me dijo ilusionado que ella le había dado un beso durante el recreo, de repente se puso serio y me dijo "En la boca como los papas y las mamas", al tiempo que señalaba con su dedito la parte de su cuerpo a la que hacía referencia. "¡Caramba con el niño.nos había salido un Don Juan!".

A mi mente vino aquella imagen de la película "Mi chica" en la que  Macaulay Culkin y Anna Chlumsky  se dan aquel primer beso, aquella película me chiflaba, además Ricardo era muy parecido al protagonista, y casualidades de la vida, la niña también se llamaba Ana.

Han pasado quince años y hoy mi chico se casa con Ana, durante todo este tiempo han caminado siempre juntos y al parecer tambien se han mantenido fieles el uno al otro. "De verdad parece una peli de amor".

A pesar de todo, mi felicidad se ve enturbiada por los oscuros recuerdos de unos acontecimientos que sucedieron un año antes de que Ricardo naciese. Un tiempo en que yo solo deseaba morir y de hecho lo intente en dos ocasiones, la primera con una ingesta de pastillas, que por fortuna, con un buen lavado de estomago a tiempo no produjeron el terrible desenlace que yo deseaba en aquellos instantes. La segunda vez una cuchilla de afeitar desgarró mis venas a la altura de mis muñecas, de nuevo mi madre me encontró a tiempo y un amable doctor de cabellos plateados y con una voz extremadamente dulce consiguió reparar el daño que yo había infligido a mi cuerpo, y al mismo tiempo hacerme ver que quitarme la vida no era mas que un acto de cobardía y que lo valioso es enfrentarse a los acontecimientos y sobrepasar cualquier problema a base de luchar contra las adversidades, sobre todo a mis dieciséis años cuando tenía toda una vida por delante.Decidí que tenía razón y que el único culpable de todo era el pequeño ser que se estaba formando dentro de mi desde hacía tres meses, y por el cual Antonio me había dejado alegando que se sentía demasiado joven para ser padre.

En aquella época, a pesar de no haber tantas facilidades como ahora, pude abortar en un centro público apoyándome en mi temprana edad, a pesar de que estaba físicamente bien .

Dos semanas después de mi último intento de suicidio ingresé en aquel centro durante la tarde-noche , a la mañana siguiente a primera hora me hicieron un IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo).

A las 21 h. salía del centro por mi propio pie, ya estaba solucionado el “problema” que no me dejaba dormir.


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