Tu efecto Doppler

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Ya terminé de comer. Dentro de veinte minutos entro a trabajar y como siempre estoy viendo un capítulo de esa serie a la que estoy tan enganchado. Me levanto, dejo la mesa por recoger, ya lo haré cuando vuelva por la noche. Y ¡mierda! No encuentro las llaves de casa. Juraría haberlas dejado en la pequeña cesta que hay encima la mesa del comedor. Mientras las busco me maldigo por ser tan despistado y apurar tanto el tiempo. Acabo cogiendo la copia que tengo guardada en la mesilla de noche. Me dolería perderlas, ya que llevan ese llavero que conservo desde hace tiempo y me trae tan buenos recuerdos. Para variar, bajo las escaleras corriendo y salgo a la calle. Llegaré justo.

De camino al trabajo le doy vueltas a este fenómeno. ¿Cómo se puede explicar? Parece que los objetos adquieran vida, durante un instante, y se muevan para que no puedas encontrarlos. Descubrí que se llama "efecto Doppler" al objeto que desaparece y vuelve a aparecer. Normalmente suele pasar cuando lo dejas siempre en el mismo lugar. Cuando este va a ser utilizado, ya no está, sencillamente se ha esfumado. La persona lo busca, incluso a veces involucra a otras personas en esta búsqueda, pero no se encuentra nada. Al poco tiempo o al día siguiente, el objeto reaparece en el lugar donde siempre lo dejaba o en un lugar visible. Es probable que cuanto menos tiempo se dedique a buscarlo, antes aparezca.

Me pregunto si nosotros estamos viviendo inmersos en este síntoma. Desapareció tu ropa de los cajones, tus colores, tus jabones especiales para el pelo, tu ruido, tu olor en la almohada, tu leche de soja, tus formas, tus pelos del desagüe de la ducha y tu cepillo de dientes de color verde. Con ellos también se fueron, cogidos de la mano, tus sueños, tus promesas incumplidas, tus carcajadas, tus puntos de vista y tus enfados.

Muchas veces me pregunto si habrá sido de forma temporal. A menudo abro la puerta de casa con la esperanza de ver otra vez mi ropa encima de la cama, eso significaría que te has vuelto a apropiar de tu armario. Volver a sentir el olor de tu perfume, tus ronquidos a media noche, tu forma de apoderarte del mando a distancia, tus manías e incluso tu extraña forma de acurrucarte en el sofá.

No consigo conciliar el sueño. Tumbado en mi cama, boca arriba, intento encontrar una solución. Me doy cuenta de que no me gusta que pasen los días sin verte, sin tocarte y sin poder acariciarte.

El tiempo se empieza a mezclar con el olvido y me provoca una degradación de tu imagen, tus formas, tus colores, tu ruido... La nostalgia me corrompe por dentro. Tengo que ser justo conmigo mismo, volver a sentir lo que sentía, volver a recuperar la confianza y volver a dormir tranquilo por las noches. He tomado una decisón, por primera vez en mi vida, firme. Tengo que hacerlo por ti, por mi y si hace falta, por Doppler.

Mañana cuando me levante, lo primero que voy a hacer será cambiar la cerradura y comprarme un nuevo llavero.


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