Vivir por vivir

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Enviado el , clasificado en Drama
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Los diecisiete años, los recuerdo muy bién, nunca fuí tan bonita, pero a pesar de eso no fuí feliz, aunque no me importaría volver a sentir aquella tristeza enrrabietada. Me había enamodado de Jaro y él a su vez de "La Roci". Ellos empezaron a salir, él la eligió a ella, ella era la más salvaje de todas, la que vivía la vida deprisa miestras las demás veiamos pasar la vida sin disfrutarla, ella tenía valor, todas y sobre todo yo, teniamos miedo a vivir. Ahora me doy cuenta que el miedo al que diran se llevó mi juventud.

Ahora llegan los cuarenta y siete, vivo con mi madre y no ha cambiado mucho el pueblo. Jaro se casó con su chica y tuvierón un hijo. Siguen viviendo en el pueblo, y yo sigo vviiendo en el pueblo. Pero he decidido algo y es irme. Fué a raiz de chocarme a la salida de la farmacia con Jaro, yo tenía el coche en doble fila y salía corriendo,él entaba. Me choqué la nariz contra su duro pecho, holía muy bién, dijo mi nombre, me toco, de verdad no es nada; dije y me fuí al coche y mi madre que estaba dentro del coche, esperaba riendose de mí. -¡Siempre suspirando por él y hoy corres de él!. Mi madre dijo eso y en el coche solo hubo silencio hasta llegar a casa. Entré a mi habitación me quité el maquillage, pensado por si él me veía, mi ropa influida en él, todo mi esistir era basado en él cada día de mi vida. Mientras lo hacía lloraba en silencio, era el momento de romper con todo y todo era él. Había olido su perfume, el había dicho mi nombre, tocado mi piel, bañada en cremas durante años pensadas para él. Ahora lloro en el suelo silenciosa para que mi madre no me oiga. Mi madre esa mujer que jamás me consoló de niña, ni de adulta, esa mujer que solo habla de su marido a pesar de estar muerto hace años. Tengo que irme un tiempo o todo lo que me rodea seguirá este circulo vicioso que no para de girar sobre si mismo.

Le he dicho a mi madre que encontré trabajo en la ciudad, ya tengo una habitación alquilada y trabajaré en un hotel haciendo camas hasta que encuentre algo mejor. Cojo el tren, tarda una hora en llegar, llego donde la dueña del piso y me presento me enseña mi habitación , me enseña resto de la casa, es una mujer mayor y le hacia falta la compañia es conocida del pueblo, solo que va muy poco por la edad.

Empiezo a trabajar al día siguiente, el hotel es de cinco estrellas con vistas al mar, mi madre me llama en el descanso, siempre lo hace, pero no lo cojo, no volveré a casa hasta pasados algunos días. Necesito otro lugar donde no me recuerde mi anterior vida, aquí puedo hacer otra vida. En verdad no estoy muy lejos del pueblo pero algo de oxigeno nuevo es vital para mi. Vuelvo al trabajo, y escucho entrar a la habitación de alado a "La Roci", estoy en la habitación de alado en estado de paralisis, tengo las ventanas abiertas y la mujer de Jaro y su acompañante abren las ventanas de su habitación, se asombran del día que hace, al parecer no es la primera vez que vienen a ese hotel, sus comentarios les delatan, intento hacer la habitación y el baño, en el baño les oigo también, pues estan los dos juntos en el jacusi.

Voy a casa cuando acabo trabajo, me tiemblan las piernas, no se me quita de la cabeza. Rocio con otro, pero no lo acabo de creer. Al día siguiente yo hago la habitación donde pasaron la noche, en la basura hay la prueba de que hubo más que besos, es la primera habitación que hago, estarian muy poco tiempo en ella. Estoy conmocionada, no puedo con el golpe, es como si me hubieran puesto los cuernos a mi. Pienso en el pobre Jaro, desde hace cuanto y él no sabe nada. 

El día que vuelvo a casa a por los recados de mi madre, el silencio hace que mi madre intuya algo, en la pescadería está Jaro y yo me voy al verle. Salgo apresurada, y alguién me coge del brazo, es Jaro, me pongo palida como la muerte y no hacierto a hablar, el me dice que me pasa, que ocurre pero veo colorines y me caigo al suelo desfallecida. Cuando abro los ojos estoy en el banco de la pescadería abanicada por doña Paqui y Jaro con mirada preocupada mirandome y a mi me da por mirarle y empezar a llorar, dejo caer las lagrimas que me inundan desde los diecisiete años.

 


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