Me acompañaras siempre

Tú madre vino el otro día a dejarme las cenizas del perro –lo siento mucho-  me dijo-, lo lloré por varios días, siempre se quedó esperando que volvieras.

Todos los días miro al cielo en punto de las 5:50 de la mañana, es la hora en que la estación espacial internacional es visible porque está más cerca de la órbita terrestre, casi puedo verte con toda la parafernalia de tu traje de astronauta, trabajando duro para salvar lo que queda de la humanidad; pierde cuidado, no me voy en los diez minutos que dura esa visión, al contrario, sirvo el café en tu taza favorita y nos acompañamos, como en los viejos tiempos.

A veces me quedaba en la penumbra de la recámara, sintiendo la alfombra en la planta de los pies, a contraluz de la ventana y observando el aeropuerto, te imaginaba llegando con la maleta única que siempre llevas en tus viajes pero esta mañana caí en la realidad abruptamente... mientras me dirigía a dar clase en la universidad el informe oficial en la radio fue tajante: dijeron que es imposible que vuelvan, para efectos prácticos, es imposible que vuelvas. Tuve que parar el auto al lado de la acera, me sentí extraviado, no podía llegar en esa condición así que me reporte enfermo. No he podido apartar ese pensamiento de mi mente.

Imagino que te has enterado del no retorno, o estarás por hacerlo, así que no te aflijas, la muñeca de moños rojos que te regale en tu graduación y que tanto te gusta duerme todos los días conmigo, de esta manera me acompañaras siempre y hasta el final.