Mi vida en facturas y lista de sueños sin cumplir.
Por MBF
Enviado el 24/10/2025, clasificado en Varios / otros
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Nací con una deuda simbólica: el recibo del parto, que no pagué yo, pero que ya me inscribía en el sistema.
A los tres meses, llegó la primera factura de pañales. No venía con IVA.
Luego, la luz. La de la habitación infantil, encendida toda la noche por miedo a los monstruos. ¡Que la luz está muy cara¡
La infancia fue una sucesión de pagos indirectos: excursiones escolares, libros de texto, zapatillas...
A los dieciocho, la primera factura a mi nombre: un móvil.
A los veinte, el alquiler compartido con tres amigos y una nevera llena de cervezas.
A los veinticinco, la hipoteca.
A los treinta, el seguro de vida.
Cada década traía nuevas facturas:
- Las del coche.
- Las del dentista.
- Las del colegio de los hijos.
A los cincuenta, empecé a guardar las facturas.
A los sesenta, ya no las leía. Solo las pagaba. Como quien paga por seguir en la función.
A los setenta, me jubilé. Y entonces llegaron las facturas del tiempo libre:
- Talleres de cerámica
- Viajes con seguro médico obligatorio
- Cafés con suplemento por terraza.
A los ochenta, dejé de pagar algunas.
Y cuando parti, dejé una última factura pagada, la de mi entierro.
Y esta es mi vida en facturas y esta es mi lista de sueños incumplidos.
Astronauta sin bandera.
Pirata de los siete mares honrado.
Cowboy amigo de los sioux.
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